CALIDAD DE VIDA EN ANCIANOS.
Desde la segunda mitad del siglo XX se están produciendo cambios notables en la estructura etaria de las poblaciones de los países desarrollados, particularmente respecto a la proporción de mayores de 65 años, que progresivamente va siendo mayor y que previsiblemente va a continuar creciendo al menos al principio del siglo XXI. En la actualidad, en algunas comunidades de España se está alcanzando ya el 16% de la población anciana.
Las razones de estos cambios demográficos son el descenso de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida al nacimiento.
En estrecha relación con estas tendencias demográficas se han producido cambios profundos en la forma de enfermar y morir de los habitantes de los países desarrollados. En nuestra comunidad actualmente las dos principales causas de muerte en mayores de 65 años son las enfermedades cardiovasculares y los tumores malignos.
Las altas tasas de prevalencia de enfermedades crónicas en los mayores tienen implicaciones importantes en la salud, debido a que:
- Estas condiciones se asocian con altas frecuencias de disfunción y discapacidad en esta población.Muchas enfermedades crónicas generan altas tasas de utilización de los servicios sanitarios,institucionalización, etc., con el consiguiente aumento del gasto sanitario.
- Una alta proporción de personas mayores presenta más de una enfermad crónica.
En estos momentos, en todos los países desarrollados se están haciendo esfuerzos por reconducir las actividades sanitarias en los ancianos, teniendo en cuenta una visión menos organicista, más holística de la salud de los mismos.
LA SALUD DEL ANCIANO.
Resulta difícil definir el estado de salud global en los mayores, ya que el envejecimiento lleva asociadas numerosas patologías y situaciones de riesgo. A la hora de estudiar la salud de este grupo poblacional no basta con analizar solamente la incidencia de enfermedad o la mortalidad, sino que es preciso también incluir el estudio de las alteraciones funcionales físicas, psíquicas o sociales, patrones de comorbilidad , incapacidades, calidad de vida y consecuencias no deseadas como la
institucionalización, la hospitalización o las complicaciones y a teogónicas. Es necesario realizar una valoración exhaustiva de la capacidad de funcionamiento en cada una de las áreas que determinan que una persona mayor pueda llevar una vida autónoma.
Las actividades preventivas no se deben enfocar principalmente hacia la prevención de factores de riesgo, sino hacia el retraso en la aparición de la enfermedad, el ralentizamiento de su progresión y la prevención de consecuencias indeseables de la misma; no se trata pues de alargar la vida a cualquier precio, sino de alargar la vida libre de enfermedad. El objetivo de las intervenciones terapéuticas debe dirigirse en la mayoría de los casos, más que a la curación de la enfermedad, hacia el mantenimiento del funcionamiento independiente de los individuos.
Individuos con el mismo diagnóstico pueden manifestar la enfermedad de forma diferente, tanto en relación a la evolución de la misma como a las repercusiones en el funcionamiento diario.
Capacidad funcional. Refleja la habilidad de los individuos para desarrollar actividades y papeles que son parte de la vida independiente y productiva. Estas habilidades influyen notablemente en la calidad de vida, tan importante para la salud y bienestar de las personas mayores. La capacidad funcional del anciano incluye una compleja mezcla de factores psicopatológicos, de comportamiento, cognitivos y sociales.
El estado económico, el bienestar social y la salud mental y física están interconectados y las relaciones entre ellas son cada vez más estrechas conforme aumenta la edad.
Hay acuerdo en que lo esencial para una valoración global incluye tres áreas:
-
Actividades de la vida diaria,
- salud mental
- y salud física. Además el soporte social y los recursos económicos, tienen su importancia como parte del ambiente en el que la gente vive.
CALIDAD DE VIDA
Empieza a relacionarse con los cuidados sanitarios a mitad de los años setenta,cuando la atención sanitaria, influenciada por los cambios sociales, va restando importancia a la cantidad (mortalidad, morbilidad, etc.) para favorecer la calidad de vida humana. Con este nuevo paradigma, los cuidados de salud toman un nuevo giro y se empieza a valorar el impacto de las enfermedades y sus tratamientos sobre el bienestar y satisfacción de los pacientes, su capacidad física, psíquica y social, ocio,etc.
Todas las definiciones de calidad de vida tienen dos elementos comunes: utilizan un enfoque multidimensional y hacen hincapié en la valoración que el individuo hace de su propia vida.
Para Patrick y Erickson, la calidad de vida engloba todos los niveles de bienestar y satisfacción asociados con los acontecimientos que una persona puede padecer como consecuencia de una enfermedad o su tratamiento.
SALUD FÍSICA
Se valora la capacidad funcional actual atribuible al estado de salud físico.Distinguimos entre salud física y capacidad de autocuidado. La valoración de la salud física suele incluir: Autovaloración de salud general. Cuanto mejor es la autovaloración de salud, menor es el número de problemas de salud.
Lista de síntomas. Nos proporciona información sobre si el sistema dificulta o impide la actividad.
Enfermedades y medicinas. Debe quedar explícito qué se considera enfermedad crónica – generalmente un problema notificado por el sujeto desde hace más de tres meses o incluido en una lista de procesos crónicos.
Dado que el diagnóstico no suele ofrecer información precisa sobre el estado enfermedad afecta al funcionamiento. Las medicinas indican la presencia de una enfermedad concreta.
Nivel de actividad. Puede variar desde la total incapacitación hasta una capacidad física perfecta. La medida más usada de morbilidad es el número de días de actividad restringida dentro de un período de tiempo especificado. Cuanto mayor sea el período, más posibilidad de infravaloración.
Los días de inactividad se suelen distinguir entre días que no se ha podido llevar a cabo la actividad normal sin haber estado en cama y días en los que ha sido necesario guardar cama.
Utilización de servicios médicos. Sirven tanto de indicadores del estado de salud como de accesibilidad a los servicios sanitarios.La salud social se ha definido como la cantidad y calidad de los vínculos interpersonales individuales y el grado de su inclusión en la comunidad. Añadiríamos que la salud social refleja no sólo las relaciones entre el individuo y la comunidad,sino también entre la comunidad y el individuo.
Los cuestionarios de calidad de vida suelen identificar cuatro áreas principales en las que se manifiestan la participación e interacción social: familia y hogar, relación social-amigos, implicación comunitaria y trabajo.
En lo que respecta a los ancianos, el mayor objetivo tiene que estar, por razones obvias, en las tres primeras.
Las preguntas suelen investigar sobre cuántos amigos tiene el sujeto, frecuencia de contacto con ellos, satisfacción en las relaciones con amigos y familiares, a cuantas organizaciones pertenece el sujeto, frecuencia de demanda de atención. Sin embargo, hay dos problemas: Preguntar por el número de amigos y frecuencia de visitas no quiere decir que cuantos más amigos haya y más se vean implique una buena satisfacción y mejor salud. Es preciso investigar la calidad y cantidad de
relaciones.
Al valorar los vínculos interpersonales no hay que pensar sólo en las relaciones del individuo con otros. Es crucial, particularmente en los ancianos o los incapacitados, determinar también las relaciones que tienen los demás con el sujeto.